a: - ¿Su nombre?
b: - Inodoro... sin hache.
a: - ...I...no...do...ro! Inodoro no lleva hache.
b: - ¡Es lo que le digo!
a: - Y entonces...? A qué aclara?
b: - No le aclaro, que oscurece. Le digo nomás... Mire que había sido discutidor!
a: - Y por qué en vez de firmar "Inodoro pone una "b"? Así no se entiende.
b: - Yo no puse nada. Esa letrita no es mía. Además, yo no escribo.
a: - Tá bien...
...
a: - ¿Parentesco?
b: - Más vale. Ni que fuera Dios.
a: - Le pregunto qué relación lo unía al occiso.
b: - Yo soy de acá. No sé de dónde salen esos. Hay cada país raro... Además, no estoy unido a nadie. Bien despegadito nací, que ni mellizos salimos. Cuando me asomé estaba yo solito y ...
a: - Bueno, bueno, bueno... Aclaremos: ¿Usted conoce al difunto? El otro Inodoro?
b: - Soy pariente de lectura. Un hijo natural, que le dicen. Hay alguien que lee, se le pega el personaje, y le brota de hijo.
a: - Puede relatar cómo murió?
b: - Ahí me parece que no estamos de acuerdo. Usté habla de difunto? mire que me sale el "naides". Se fijó bien? Acá, que yo sepa, apenas hubo uno que se liberó. Que la pasó fea y se la llevó sonriendo. Duele un poco, porque tenía que irse, pero dejó "de todo". Me parece difícil que lo vaya a encontrar muerto.
a: - Tenemos pruebas. Nos falta información.
b: - Eso,,, seguro! Infórmese todo lo que quiera, que le va a venir bien. Capaz que le nazca un "Mendieta" :)
...............
Decir homenaje sería pretencioso. Sería darme un lugar de cierta altura que no existe.
Llamarlo reconocimiento, al pensar que otros lo leerán, lo mismo.
Elijo llamarlo reconocimiento desde lo interior, de cómo el personaje, sus palabras y situaciones, y las coincidencias o no en el humor, la crítica y las sensaciones de cómo nos toca lo vivido, se hacen carne y a la vez se sienten como reflejo de lo propio.
Lo llamo reconocimiento de haberlo incorporado y seguir sintiéndolo.
Reconocimiento, como el que uno hace de sí mismo cuando, al hurgar en la piel, reconoce que ciertas irregularidades a la vista son el reflejo que cabía esperar de otras cosas que forman parte de uno desde hace mucho tiempo.
Al punto de encontrarme imaginando un diálogo, algo disparatado, que podría ser propio, y que se vería perfectamente en él, porque, como todo lo que reconocemos, es algo que ya llevamos dentro, por coincidencia (mi caso) o por rechazo, por entenderlo o desear ignorarlo, o simplemente, porque "eso" es algo que ya forma parte de nuestra vida.
domingo, 21 de octubre de 2007
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